Bienvenido al país del eterno domingo.

Buda acostado, Xian Khuang.

Buda acostado, Xian Khuang.

Bastó con cruzar la frontera para que todo el paisaje se volviera diferente. De pronto comenzaron a aparecer arrozales que se extendían hasta el horizonte, todo se volvió mas rural, los letreros de restoranes auspiciados por «beerlao» se sucedían uno tras otro, las banderas del pais se alternaban con banderas rojas con el símbolo comunista, y el sonsonete de dos señoras que conversaban a mi lado sonaba diferente al de los tailandeses (aunque sigue siendo irreproducible para nosotros); todos los sentidos estaban puestos en captar todas aquellas diferencias que se sienten mucho más al llegar por tierra a un país. No alcancé a terminar mi cigarro cuando ya estábamos llegando a Vientiane, la capital de la «república popular democrática» de Laos, la cual esta a menos de 25 kilómetros del «friendship bridge», el puente que une a Laos con Tailandia.

Comenzamos con la ya tediosa rutina de buscar un lugar donde quedarnos, y mientras nos alejábamos caminando de la rivera del Mekong parecía que algo no andaba bien. A Vientiane, la verdad no le teniamos mucha fe, solo nos imaginamos una ciudad con edificios sin mucho mas que mostrar, pero nos equivocamos. Para ser la capital de un país es bastante tranquilo, muy poca gente circula por las calles, incluso siendo mediodía de un día laboral; el silencio solo lo interrumpía un ocasional motor de camión; todo era demasiado tranquilo para ser verdad.20130221-133736.jpg Finalmente resultó que no era ninguna situación especial; Vientiane es la ciudad capital con menos movimiento y ajetreo en la que hemos estado, tanto así que podría compararse con cualquier ciudad relativamente pequeña en un domingo por la tarde.

La mejor manera de recorrer la ciudad, tanto por su tamaño como por su tranquilidad es en bicicleta ya que es una ciudad-pueblo, por tanto las distancias son cortas. Si hay algo que se presenta alrededor del sudeste asiático son las motos, pero para nuestra sorpresa aquí no habían muchas, así que el paseo en bicicleta era como hacerlo un domingo. Al pedalear por las calles, los rastros del pasado colonial francés están en todos lados: muchísimas casas y estructuras son de un innegable estilo galo, algunas calles aún mantienen la palabra «Rue»(calle en francés), los edificios gubernamentales tienen su nombre en Lao y en Francés, y numerosos carritos de comida ofrecen por un conveniente precio baguettes hechos sandwich (Paulina era la mas contenta, porque por fin tendríamos pan fresco al desayuno, nos sentíamos como en casa).20130221-133729.jpg

Los templos budistas se encuentran a lo largo de toda la ciudad, y los monjes vestidos con un brillante traje anaranjado circulan por las calles a todas horas. Algo que vale la pena destacar y que le debe ocurrir a muchos viajeros a la hora de visitar templos y lugares parecidos entre si, es que el primero que visitas capta completamente tu atención, pero de ahí en adelante cada visita comienza a ser menos espectacular (lo que Paulo Marnol describe en sus memorias como «el efecto rutina»), hasta que derechamente se termina evitando visitar esos lugares. Vientiane era la excepción a este efecto rutina que nos venia abordando hace un par de dias, pues sin saber decidimos visitar el Pha Tat Luang; una enorme stupa dorada que se dice contiene reliquias del Buda, y que se encuentra rodeada de imponentes templos que en su conjunto son una postal que hasta el más asiduo a los templos consideraría digna de admirar y que sorprende por la envergadura que tiene el lugar.

Pha That Luang.

Pha That Luang.

Pedaleando desde el centro, y a mitad de camino de la stupa dorada se encuentra el Patuxai, un arco construido en conmemoración a los caídos en la guerra de independencia en contra de Francia, y que tiene al arco del triunfo de París como modelo, pero con elementos y terminaciones que le dan su carácter propio. Un dato curioso respecto a este arco es que fue construido con fondos donados por EEUU durante los años 60 con el objetivo de construir un aeropuerto en el país, pero que sin embargo terminaron siendo utilizados para diversos fines y nunca se llevó a cabo el proyecto.

Patuxai.

Patuxai.

Una vez dentro del arco subes las escaleras que te conducen al techo, y desde allí es posible ver como la principal avenida de la ciudad recuerda las amplias avenidas francesas y las diagonales que cruzan teniendo como punto central la plaza donde el Patuxai esta ubicado. Lo otro que se vuelve notorio es que este arco, con no más de 60 metros de alto (quizás es mucho, pero es solo al ojímetro) es el punto más alto de la ciudad, quedando en evidencia que el desarrollo comercial aún no ha llegado a Laos, ya que en su mayoría se ven casas y un par de edificios de no más de cuatro pisos, aunque se ven muchos sitios de construcción, dejando a la vista que el país esta surgiendo, pero poco a poco.
Vista desde el Patuxai.

Vista desde el Patuxai.

Sabíamos de la existencia de un parque de Budas, y teníamos la opción de llegar en tuk-tuk o por nuestra cuenta. Decidimos hacerlo por nuestra cuenta en motoneta (el precio es prácticamente el mismo). El parque se llama Xian Khuang, y se encuentra ubicado a 28 Kms en dirección a la frontera con Tailandia. Este parque contiene muchas estatuas budistas, hindúes, y algunas inventadas por su creador tomando elementos de ambas, y que parecen salidas de alguna pesadilla psicodélica. Llegar hasta el parque no fue fácil, ya que no hay indicaciones ni señales que indiquen hacia donde ir, nosotros llegamos solo yendo hacia el oeste y preguntando a los lugareños que encontrábamos en el camino, pero aún así resultó ser una buena aventura.

Estatuas en el parque de los Budas.

Estatuas en el parque de los Budas.

Siendo sinceros, Vientiane era una ciudad que pretendíamos utilizar como escala para adentrarnos en Laos, pero nos sorprendió y nos terminamos quedando más de lo presupuestado, pues fuera de los lugares turísticos que visitar, su atmósfera de tranquilidad es perfecta para tomar aire por algunos días, y estando tan lejos nos pudimos sentir como en casa durante un día domingo. Su tranquilidad y limpieza se acompaña por distintos lugares para comer a un bajo precio, por paseos en bicicleta y principalmente por su gente, quienes se han abierto al mundo del turismo hace menos de 10 años, y quizás por eso es que aún mantienen esa bondad y amabilidad única, que no esta contaminada por la avaricia de sacar lo mas que puedan del turista. Ahora sí, se ven muchísimos proyectos inmobiliarios de gran envergadura que están en sus primeras etapas, y por otro lado China está construyendo un tren que pretende conectar al gigante asiático con Singapur, pasando por toda la región, siendo Vientiane una de las paradas de la ruta, por lo que solo es cosa de tiempo para que todo cambie drásticamente…aprovéchelo mientras dure!

Algunos datos útiles:

-Moneda: Kilolibra (Kip). 1 USD= 8000 Kip.

-Alojamiento: es posible encontrar por 60000 Kip, pero en promedio siempre rondan los 80000.

-Comida: desde 24000 Kip por una comida simple ( tipo arroz frito o noodles).

-Cerveza: 1 botella grande de Beerlao ronda los 8000 Kip.

-Arriendo de bicicleta: 10000 Kip por día.

-Arriendo Moto: 60000 Kip por día.

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