Tanto se conversa y se usa a la película la playa como gancho comercial, que mientras estaba en Phi Phi comencé a leer el libro en el que se inspira la película. «¿te has dado cuenta que cuando llegas a estos lugares tienes ganas de hacer algo distinto, pero terminan haciendo exactamente lo mismo que todos?».- leía esta conversación entre los protagonistas mientras viajábamos de la costa oeste a la este, y no podía causarme mayor ironía; íbamos en un bus donde el único Thai era el conductor, el resto se debatía entre ingleses, suecos, un par de israelíes y alemanes. La conversación seguía rondando en mi cabeza, y de pronto la ironía dio paso un poco a la angustia, después de todo, la pregunta hacia referencia a una verdad indiscutible. Aquel sentimiento se esfumó tan rápido como llegó, pues habíamos venido de vacaciones por dos semanas al sur, y la maquinaria tailandesa esta diseñada para los turistas de un par de semanas. No estábamos haciendo nada nuevo, tampoco queríamos eso, solo queríamos que las cosas fueran fáciles y simples.
Nos quedamos en Hat Rin, y debido al año nuevo el pueblo rebosaba de gente. El lugar es mucho más pequeño de lo que uno podría imaginarse, y la playa a decir verdad es bastante más sucia que la de Phi Phi, siempre encontrando vasos plásticos, bombillas y cosas por el estilo.
En la playa se encuentran alineados decenas de pequeños puestos donde se venden tragos y bebidas, y lo simpático es que todos te ofrecen lo mismo a los mismos precios, la única competencia radica en quien tiene el mayor carisma y el nombre más ingenioso, y con exponentes como «John Rambo: fuck my bucket», «Jack Sparrow», y la regalona «amy: me so horny me love u long time» no es fácil decidir a quien comprar.El ciclo de fiestas en la isla se repite mes tras mes (es posible encontrar en internet calendarios con las fechas para saber a cuales asistir), y la más importante es por supuesto la full moon. Se ha generado toda una marca, con todo tipo de merchandising: ropa de colores flúor, pintura fosforescente, álbumes de música, incluso videos (que por la no despreciable suma de 490 bahts, te muestra horas y horas de gente gritando y saltando hiperventilada cuando ven que la cámara los está apuntando…¿Quién comprará esos videos?).
Nosotros llegamos a la isla dos días antes de la fiesta, y la única gran diferencia que pudimos notar con respecto a los otros días es que para la full moon la cantidad de gente se cuadruplica, pues fuera de eso todo es lo mismo que cualquier noche en Hat Rin: grupos de amigos uniformados con la misma ropa a modo de «team», algunos loquillos que se tiran corriendo al mar de noche, nuevamente la misma música, fuegos artificiales y toda la parafernalia. Ahora sí, una cosa importante de destacar es que con el viaje masivo de gente para la ocasión, los ladrones también se hacen presente, y acechan a los más ebrios. En esta oportunidad, se desató una pelea entre grupos de tailandeses en uno de los extremos de la playa, y un turista británico fue alcanzado por una bala, muriendo en el lugar. Nosotros estábamos a unos treinta metros de ahí y no vimos ni escuchamos nada; el gentío y la música ahogó cualquier posibilidad de percatarnos del hecho y solo lo supimos varios días después; por lo que imaginamos que muchos de los que estuvieron ahí no tienen la más mínima idea de que pudo ser cualquiera el desafortunado. Pero bueno, tampoco es para alarmarse. Definitivamente es un lugar más peligroso que Phi Phi, pero con la cautela que cualquier sudamericano pondría al visitar el barrio bohemio de su ciudad debería ser suficiente para evitar problemas.Ademas de Hat Rin y Tonsai (el lugar de llegada desde el continente), En Koh Pangan existen varios pueblos cuyas playas y precios son mejores que las de Hat Rin, sin embargo no todos están conscientes de esto, y cuando lo descubren ya es muy tarde, pues como nos pasó a nosotros, al reservar en Hat Rin para la época de la fiesta, te piden pagar un mínimo de días por adelantado (desde 3 hasta 7 generalmente), por lo que al descubrir estos otros lugares, mucho más convenientes, ya habíamos pagado toda nuestra estadía.
La mejor manera de moverse por la isla es arrendar una motoneta. Disponibles en prácticamente todos los lugares su costo va desde los 150 bahts al día hacia arriba dependiendo de la cilindrada y el modelo, y son la mejor manera de descubrir los lugares más tranquilos de Koh phangan. Si se están preguntando como llegar a la fiesta, tomarse algo y poder volver sin manejar, muchos taxis camioneta andan dando vuelta por los caminos, y por 100 bahts te llevan a cualquier lugar de la isla, también hay taxi moto por menos dinero, por lo que nunca te quedarás sin manera de regresar al «hogar».
La isla ofrece además la posibilidad de visitar tres cascadas diferentes, de realizar paseos en elefante, trekking por parques nacionales, paseos a playas mucho más agradables que la principal, buceo y viajes de pesca por nombrar algunas actividades, por lo que reducir esta isla tan solo a Hat Rin es perderse mucho de lo que tiene por ofrecer.
En síntesis, si la fiesta «wild» no es lo suyo nuestro consejo es el siguiente: Vengan a la isla, arrienden una moto, recorran y busquen un lugar que les acomode; lo más probable es que algo de las mismas características en Hat Rin salga diariamente más caro que el alojamiento y el arriendo de la moto en alguna otra playa. La fiesta siempre va a estar ahí, por lo que cuando den ganas habrá más de una manera de llegar. Por último, cuidado con andar descalzo o con chalas en la noche, se ve mucho vidrio quebrado en la arena; y tengan cuidado al bañarse en playas de agua tranquila, pues los erizos abundan en esta zona, más allá de eso solo disfruten y no se preocupen por cosas mínimas!
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