Comenzando un nuevo capítulo.

Backwaters, Kerala.

Tras una pequeña escala en Kuala Lumpur arribamos a Cochin, en el estado de Kerala al sur de la India. La llegada no fue tan fácil que digamos; el oficial de inmigración miraba con recelo los pasaportes, y comenzó a hacernos preguntas del tipo ¿A que viene? ¿Cuanto se queda? ¿Donde se queda?…y ahí me di cuenta de que si nos pedía papeles tendríamos problemas, pues para una estadía de cinco semanas solo teníamos agendado dos días de alojamiento. Por suerte la cosa no paso a más, y tras mirarnos detenidamente un par de segundos timbró los pasaportes, mi primer susto en mucho tiempo.

Afuera, la cosa no se puso mejor tampoco; eran casi las dos AM y el aeropuerto, aunque internacional, carecía de cualquier infraestructura que hiciera mas amigable el salir de ahí. Buscamos un bus un rato sin resultados, sin embargo en ese intervalo caminando por afuera del aeropuerto, pudimos sentir el cambio de lugar; el aire estaba saturado de olor a naturaleza, y a lo lejos en la oscuridad se podía divisar la silueta de muchísimas palmeras que cubrían el horizonte; la gente, sus vestimentas, la lengua completamente diferente a cualquier cosa que hubiera escuchado antes, todo jugaba para que el cansancio por un largo vuelo se transformara en intriga, curiosidad y por qué no decirlo, algo de miedo que hacía que todo se intensificara aún más. Resignados a pagar una gran cantidad y tomar un taxi prepagado, nos dirigimos a Fort Kochi, el sector donde nos alojaríamos.

Calles de Fort Kochi.

El estado de Kerala fue el primer lugar de las «indias orientales» en ser colonizado por los europeos, aquí llego una expedición portuguesa liderada por Vasco da Gama en el año 1498, y posteriormente pasó a manos holandesas y luego británicas, dándole a esta zona un carácter diferente al resto, lo cual curiosamente no es tan apreciado, pues son pocos los que se desvían de la clásica ruta del norte hasta este alejado lugar.

Las calles de Fort Kochi son un reflejo de su historia; casas coloniales con diseños que evocan una mezcla de las distintas potencias europeas con las clásicas construcciones indias, muchas iglesias (de hecho es el estado de la india con mayor número de católicos), y lo suficientemente ordenado como para pensar que la gente exagera al hablar de este País. La gente es muy amable, el mismo hecho de recibir pocos turistas hace que los vendedores sean menos cargantes y un poco más honestos a la hora de comprar cualquier cosa, siempre hay gente dispuesta a darte una mano sin esperar nada a cambio (contrario a lo que habíamos escuchado que sería la tónica).

Red de Pesca.

Uno de los atractivos de este lugar son las redes de pescar chinas; unas estructuras gigantes traídas por comerciantes chinos hace ya varios siglos, y que necesitan a cuatro hombres para operarlas correctamente; una técnica de pesca en extinción, pues se trata de un trabajo muy tedioso. Obviamente, el otro gran atractivo es lo que sale de las redes: langostas, camarones, diferentes pescados y todos los frutos del mar son el emblema de este lugar.

La tranquilidad de Fort Kochi se ve contrastada al tomar un Ferry y dirigirse a la principal ciudad de Cochin: Ernakulam. Allí los autos, tuk-tuks, gentíos y el polvo te recuerdan que estas en la india, pero aún así, todos los viajeros con quienes conversamos nos mencionaban que la escena de este lugar en general no era nada comparado con el India masivo y abrumador que se encuentra en el norte. Es posible pasar días enteros simplemente sentado conversando con la gente local, tomando chai o intercambiando historias con viajeros, pues ese aire de pueblo hace que el tiempo parezca no pasar, y sin que te des cuenta los días se van volando, más aún cuando el pueblo se encuentra completamente desierto a las 11 PM, forzándote a dormir temprano.

Estando aquí, el tour obligado es a las «backwaters», una red de canales naturales que recorren Kerala, y que fue apodado»la Venecia del este» por parte de los Británicos.

Fort Kochi te atrapa, pues la calma del lugar y la amabilidad de su gente te hace sentir muy cómodo, por lo que resultó un lugar perfecto para tomar algo de aire antes de seguir adelante con la aventura a través de la India.

Casa Bote, Backwaters.

La manera mas conveniente de moverse en India es por medio de la extensa red de trenes del país. Confiados en que sería como en China, donde en el peor de los casos te daban un boleto para dos días después, no nos preocupamos demasiado sobre nuestro siguiente destino: Goa. Pues bien, la única opción disponible eran tickets abiertos, lo que básicamente significa que solo te puedes ir si hay espacio…y un ticket numerado estaba disponible recién para 7 días después; una lección muy importante si te vas a mover en tren por india: debes reservarlos con anticipación. Por suerte siempre esta la opción del bus, y en este caso nos dejo en Mangalore, en el estado de Karnataka al sur de Goa, donde al llegar tomamos otro bus, esta vez del gobierno (que más parecía un bus de transporte público de los 80′, o las viejas micros amarillas de Santiago); fue un total de 22 horas arriba de buses, 4 cabezazos y 3 «casi» choques.

Anjuna, Goa.

Alguna vez un nicho de hippies, Goa destaca por sus playas y su atmósfera relajada; y aunque la vibra hippie se transformó en música electrónica (incluso hay un estilo de música que nació aca -Goa trance-), el espíritu de este lugar aun se siente. Con un tamaño bastante pequeño, es posible recorrer el estado en motoneta, visitando distintas playas fuera del circuito habitual, pudiendo encontrar algunas sin ninguna persona.

Playa en Anjna.

Decidimos quedarnos en Anjuna, al norte del estado, un lugar muy popular y bien conectado. Habíamos escuchado que este era un lugar fiestero, pero al parecer es solo durante la temporada alta, pues a un mes de que llegue, el ambiente era bastante tranquilo.

En este lugar todo pasa a segundo plano, el ambiente playero te atrapa y todo se reduce a simplemente estar bajo el sol, con la diferencia que aquí además de compartir el espacio con un ocasional perro, también debes compartirlo con vacas.

Vacas playeras, Goa.

One comment

  1. monica ramirez romero dice:

    buen relato, faltan los costos de movilizacion y estadia.Muy entretenido

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