Atrapados en Bangkok!

Banglamphu desde Wat Arun.

Banglamphu desde Wat Arun.

Ya estamos en el 2013 y nuestro tiempo de relajo y fiesta habían acabado. Por un lado estábamos contentos porque sentíamos que queríamos volver a movernos y seguir conociendo más, de hecho sentíamos que nos habíamos acostumbrado al ritmo de tres días por ciudad, por lo que siete días en una isla fue un poco claustrofóbico!

Salimos de Koh Phangan a mediodía a través de un Ferry que nos llevo a Donsak y desde ahí tomamos un bus que nos llevó a Surat thani, desde donde finalmente emprendimos rumbo a Bangkok. Dieciocho horas de viaje son agotadoras pero debíamos volver a la capital del país, porque la ultima vez habíamos estado solo un día, y la verdad es que esta ciudad como dije anteriormente merece la pena darse el tiempo para visitarla, pues mas allá de lo se puede ver en las películas, por ejemplo como una ciudad donde abundan los excesos, las drogas, el alcohol y la prostitución, es una ciudad cargada de cultura, de hermosos templos, parques y con una vida nocturna que te atrapa.

Monumento s la democracia, Avenida Rattchadamnoen  (una versión local de nuestra plaza italia.

Monumento a la democracia, Avenida Rattchadamnoen (una versión local de nuestra plaza italia.

Nuevamente nos quedamos en el sector de Khao San Road, pero esta vez en su calle paralela llamada Rambuttri, un poco mas tranquila, precios menos elevados y con una vida nocturna mucho más moderada (aunque quien sabe que pasa en un futuro cercano, pues hace 2 años atrás esta calle estaba compuesta casi en su totalidad de comedores baratos y restaurantes). Aún estábamos cansados por el viaje así que decidimos relajarnos con un buen masaje tailandés, algo que abunda en este país, y que te renueva por completo por tan solo 7.00 US.
Buda acostado, Wat Pho.

Buda acostado, Wat Pho.

Ya un poco mas compuestos decidimos ir a visitar el famoso Buda acostado, el cual se encuentra en el templo llamado Wat Pho, uno de los mas antiguos de esta ciudad. Desde ahí con solo caminar un poco en dirección al río llegamos a un pequeño muelle que por tan solo 3 bahts nos llevaría hasta la otra orilla, donde se encuentra el imponente Wat Arun, un templo que se caracteriza por ser el emblema de esta ciudad, y como no, si con solo subir sus complicadas escaleras puedes ver desde lo alto Bangkok, con sus edificios, sus botes de cola larga a lo largo del río, y una hermosa puesta de sol. Estamos seguros que con las fotos sabrán que lugares son, pues ambos son una de las postales más populares de esta ciudad. Fuera de la zona vieja de la ciudad llamada Banglamphu, Bangkok es una metrópolis moderna como cualquier otra de este continente, donde los edificios, centros comerciales, y restaurantes sofisticados están por todos lados, y como en todo el resto de Asia, son los callejones (Soi en tailandés) donde aún se puede respirar ese aire nostálgico de tiempos pasados.

Estábamos ansiosos por nuestro siguiente día, ya que decidimos visitar algunas atracciones turísticas cercanas a Bangkok: el mercado flotante y Wat Pha Luang Ta Bua, el famoso templo de los tigres ubicado cerca de Kanchanaburi.

Wat Arun o "templo del amanecer".

Wat Arun o «templo del amanecer».

El primero se encuentra a un poco más de una hora de distancia desde Bangkok, llamado Damnoen Saduak, Antiguamente funcionaba como un mercado, tal cual como uno va a la feria, quienes habitaban cerca de los canales venían a hacer parte de su compras a este lugar, pero con el tiempo se ha transformado en algo bastante turístico, donde aun puedes comprar una que otra verdura y comida, pero además de esto, sí o sí encontraras souvenirs a un precio realmente elevado por cierto (por ej. Un gorro tailandés que en lugares turísticos de Bangkok te lo ofrecen a 200 bahts, acá comienza desde los 600).
Mercado flotante.

Mercado flotante.

Pasear ya sea en «long tail» o en canoa ,ver lo que se encuentra en venta y regatear los precios aunque solo sea con el ánimo de jugar, te hace sentir como si realmente estuvieras haciendo un viaje al pasado, eso si, a veces te sientes un poco agobiado por tanto bote dando vuelta, pues estos chocan constantemente, las quillas y los motores calientes de los botes pasan peligrosamente cerca de tu cara y tu cuerpo, pues son cientos los botes que se atochan unos encima de otros en el pequeño canal. 20130205-141510.jpgDespués de eso nos dirigimos al famoso templo de los tigres, no sin antes detenernos por una hora en Kanchanaburi. Este lugar es famoso porque durante la segunda guerra mundial los japoneses construyeron aquí un campo de prisioneros de guerra, muchos de los cuales murieron debido a la brutalidad con que eran tratados o a manos de aviones que venían a destruir el puente que unía ambas orillas del río. Fernando se molestó bastante al llegar, pues decía que este lugar debía ser un lugar de respeto, pero sin embargo los tailandeses lo habían convertido en una atracción turística con restaurantes y souvenirs a su alrededor…y así paso todo el rato que estuvimos ahí, rabeando solo y enojado.
El infame puente de Kanchanaburi.

El infame puente de Kanchanaburi.


Bueno, volviendo a los tigres, en nuestra opinión sinceramente no valió la pena. Este templo es un santuario de la naturaleza y en el deambulan todo tipo de animales, los cuales han sido criados por los monjes que viven ahí. La gran atracción son los tigres que desde pequeños han sido criados y «domesticados» gracias a la bondad de los monjes, pero siempre ha corrido el rumor, que con los años se ha hecho algo evidente, que estos tigres se encuentran dopados mientras están siendo exhibidos para los turistas. Fuera de pagar 20.00 US por llegar hasta allá, tambien debes pagar otra entrada de 20.00 US por tomarte una foto con el tigre. Hasta ahí todo bien, sin embargo la dinámica de la situación mató cualquier entusiasmo que podíamos haber tenido, pues había que hacer una fila, y al llegar al frente debías pasarle la cámara a una niña tailandesa, quien de manera completamente desinteresada cambiaba el modo de la cámara a «ráfaga» para tomarte muchas fotos de un golpe. Luego, te ponías detrás de un tigre que dormía, te tomaban la foto, rápidamente pasabas a otro tigre que dormía, otra foto, y así varias veces sin posibilidad de decir algo o de poner algo de tu parte, pues hacían oídos sordos, y más cuando le preguntamos si podíamos sacarnos una foto con el monje a cargo de los tigres solo recibimos un «No» como respuesta.
Monje con su cachorro.

Monje con su cachorro.

Toda la secuencia duro menos de tres minutos y nos dejó con un sabor amargo, aún mas cuando preguntamos sobre sostener la cabeza del tigre o tomarse una foto en alguna posición que no fuera detrás del animal, para eso debes pagar otros 30.00 US. Encontramos que el precio fue bastante alto para la experiencia que tuvimos. Conocimos otros viajeros que nos comentaron de su experiencia con los tigres en Chiang Mai, la cual fue mucho más barata y cálida, por lo que solo nos queda recomendar que ante la posibilidad de hacer uno o el otro, tomen la opción de Chiang Mai.
Ya de vuelta en nuestra pequeña habitación solo nos quedaba salir a probar un poco de la vida nocturna de la ciudad; desde los famosos Pad Thais de Khao San Road, los tragos en los puestos callejeros, el ruido, la música, y todo el ambiente iluminado por cientos de neones de todos colores hacen que la ciudad de noche se transforme en el cliché perfecto de lo que uno imagina al pensar en como sería una ciudad asiática.

Bangkok es una ciudad que dependiendo de donde la miras podrás odiarla o amarla, personalmente yo me enamoré, pues es una ciudad que a pesar de sus altas temperaturas y su humedad constante que te desgasta, te mantiene alerta, asombrado de uno u otra forma, y por lo mismo con las energías necesarias para visitar más lugares, y como no, el palacio real, que con su imponente figura te da la sensación que realmente estas en un reino, un reino oriental; simple, delicado pero elegante, donde el orgullo y amor por su rey se ve reflejado en cada esquina y rincón del país, pues es posible admirar gigantografías de él por todo el país, encontrando las más grandes a lo largo de Rattchadamnoen, la avenida principal de la ciudad.

Gigantografía del Rey.

Gigantografía del Rey.

De acuerdo a nuestra experiencia cuatro días en Bangkok no son suficientes para absorber toda la cultura que esta ciudad entrega, a veces agobiante pero siempre enriquecedora, pues tu día puede partir desde la visita a un templo para terminarlo en el estadio Lumpinee viendo una original pelea de Muay thai o entregándote a la vida nocturna, pues de cualquier forma esta ciudad te atrapará, como lo ha hecho con muchos, ya que cualquiera sea tu postura, Bangkok siempre tendrá algo para ti.

Bangkok desde el río Chao Phraya.

Bangkok desde el río Chao Phraya.

One comment

  1. Eduardo dice:

    !
    Felicidades cabros, 5 meses ya y aún con energías.
    Yo estuve más de un mes en Bangkok y creo que no recorrí tanto como ustedes, el calor simplemente me chupaba toda la energía.

    Tienen que ir a Ayutthaya si o si, no vuelvan si no han ido, en serio.

    Un abrazo, éxito.

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