El paraíso en la tierra…

Otress beach.

Otress beach.

Ya llevábamos 2 semanas en Cambodia y estábamos entusiasmados con lo que venía, pues iríamos a un lugar donde los 2 (y probablemente la mayoría de la gente) encontraríamos tranquilidad, desconexión y relajo, nos íbamos a la playa!
Todo aquel que haya visto la película «hombres de negro» recordará la escena en que Will Smith usa su máquina para reprogramar la memoria del dueño de un lugar para arrendar películas y le dice: «vete de la casa de tu madre, y lleva a tu novia a Camboya a comer langosta por un dólar». Pues bien, aquella frase hace referencia a esta zona del país; Sihanoukville.

Desde que comenzamos a planear el viaje Fernando me había comentado de la existencia de unas playas muy parecidas a las de Tailandia, pero que por alguna extraña razón no se encontraban explotadas. A pesar de que hace más de una década existen múltiples proyectos para construir infraestructura turística de alto nivel, las cosas se han desarrollado de manera muy lenta, por lo que todo aún se mantiene bastante tranquilo y sin esa «sed» por el dinero que muchas veces sentimos en las playas mas turísticas del sudeste asiático, y aunque ya no es posible encontrar una cola de langosta por un dólar, sí es posible encontrarla por cuatro, lo que no deja de ser para nosotros un precio mas que razonable.

Este lugar tiene varias playas, siendo las más destacadas Serendipity y Otress. La primera es el lugar más desarrollado de la zona. Es una calle llena de hostales y hoteles para todos los bolsillos, muchos restaurantes y tiendas… La imagen es la misma que uno se encontraría en cualquier playa turística del sudeste o incluso en Chile, con la excepción de que se siente el hecho de que hace poco que está siendo descubierto por los viajeros, pues la cantidad de turistas es relativamente moderada aún. Esta fue la primera playa que visitamos, y debemos decir que era mucho más masiva de lo que pensamos, con todo lo que ello trae consigo: ruido, basura y demás; parecía más bien una playa común y corriente, nos sentimos un poco decepcionados a decir verdad.

20130416-000114.jpgSabíamos que Otress era nuestra opción (pues otros viajeros también la habían recomendado) y aunque nuestra intención era quedarnos en Otress desde un principio, solo encontramos alojamiento en Serendipity, por lo que arrendamos un par de bicicletas y tras veinte minutos pedaleando por caminos cubiertos por una mezcla de esa tierra rojiza y arenas blancas, estabamos en la playa que nos habíamos imaginado. Antes de entrar a Otress hay un campamento en el que viven múltiples familias en precarias condiciones; un recordatorio en el camino de que este país continúa siendo uno de los lugares menos desarrollados de la región y del mundo. Una vez en la pequeña playa, las cosas eran radicalmente distintas a Serendipity. No existe el pavimento, y todo lo que hay son varios grupos de cabañas aglomeradas cerca de la playa, todas en torno al restaurante del recinto, y decenas de sillas puestas sobre una arena tan blanca que daba la sensación de estar acostado sobre harina. El mar, de un tono azul verdoso, es tan tranquilo que es posible nadar varios metros mar adentro sin ningún problema, y el silencio es solamente interrumpido por alguna mujer que recorre la playa ofreciendo frutas, langostas, camarones, depilaciones o masajes. Otress era la playa que habíamos estado buscando, y por un pedaleo de 20 minutos valía la pena.

Después de 3 días entre Otress y Serendipity queríamos ir a las islas cercanas a Sihanoukville, las cuales estaban aún mas inexploradas que Otress y sus alrededores. Era difícil decisión, pues teníamos 3 opciones: Koh rong, Koh rong saloem o Ko taviev; las últimas dos son las que más gente atraen, incluyendo los «booze cruise», cruceros con barra abierta que pasean por el día por las distintas islas, y dejan tras de si montones de vasos y botellas, lo cual contribuye a que haya bastante basura en ambas. Finalmente escuchamos varios comentarios de ese tipo y decidimos por Koh rong, y no nos equivocamos.

Tomamos un pequeño bote con otros 3 turistas hacia la isla, aproximadamente 3 horas de viaje, en que te alejas de la playa y te acercas a una isla inmensa que a primera vista ves solo arboles, similar a una jungla tropical. Por un lado de la isla, empezamos a distinguir una enorme y larga playa de unos 2 kilómetros, obviamente aguas cristalinas en que se bañaban 4 personas, daba envidia ver como tenían la playa para ellos solos. Seguimos en el bote y llegamos a otro lado de la isla, otra playa de arenas blancas, también de unos 2 kilómetros de largo con unas pequeñas cabañas que estaban a 5 metros del mar. Las cabañas no eran ningún lujo, de hecho eran muy básicas, pero quien quiere lujos cuando por 2 días te alejas del mundo para tener tu playa privada, creo que eso es algo soñado por lo que algunos famosos pagan millones, y yo lo obtuve por 20 mil pesos.

Nuestra playa "casi" privada, desde la terraza de la cabaña.

Nuestra playa «casi» privada, desde la terraza de la cabaña.

El día en la isla pasa lento pero no te molesta, pues la verdad te despiertas y tienes de vista una playa paradisiaca solo para ti, de esas que ya no existen pues están tan explotadas que por alguna extraña razón han perdido su mística, pero ésta aún está intacta.

2 días que pasaron lentos, pero que ninguno quería que se acabara, pues hasta ahora han sido los mejores días de playa que hemos tenido, entre hacer snorkel y nadar, de noche o de día es igual de mágico, sobretodo si durante la noche tienen la suerte de nadar con bioluminiscencia en el mar, es una experiencia casi irreal.

Sihanoukville y sus islas aún no están siendo explotadas como podrían, aunque el potencial existe. Es un asunto que se viene conversando hace años y cuya explicación esta en algún lado entre las crisis financieras, y la burocracia. Nosotros personalmente esperamos que se siga tardando, pues con turistas el país crece pero también se acarrea una gran responsabilidad, que es mantener la limpieza, ya que para que el lugar se mantenga tal cual como en sus inicios, es necesario entender que ambas variables son directamente proporcionales, se trata de que el lugar no pierda su magia por tanto turista, sino que a pesar de ello lograr y trabajar por conservar lo que cada lugar fue en sus inicios antes de ser descubierto.

Datos:

Estadía x dos noches y pasajes a la isla: 40.00 USD por persona

Estadía en Serendipity: 3.00 – 12.00 USD en hostales. Hay opciones de hasta 50 USD.

Estadía en Otress: 15.00 USD por una cabaña en la playa.

Arriendo de bicicleta: 1.00 USD diario.

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