Khao San Road: una breve historia del lugar donde todo comenzó.

20130211-215835.jpgPara algunos se llama Mecca, para otros Jerusalén, y si tuvieramos que referirnos a un equivalente para los mochileros sería sin duda Khao San Road. Y es que esta calle de no más de 300 metros de largo ha sido por más de dos décadas el epicentro de los viajeros en el sudeste asiático, y es hoy sin lugar a dudas el «ghetto» de mochileros más reconocido del mundo. Ya sea que estés en tus vacaciones, hayas emprendido un largo viaje o solo estés de paso, caminar por Khao San road será siempre un peregrinaje; una visita al lugar donde todo comenzó.

Corría el año 1982 del calendario gregoriano, y el gobierno Tailandés decidió conmemorar los doscientos años de la ciudad con festivales y actividades que tenían en la mira atraer los dolares extranjeros, que hasta ese momento no eran una gran cosa en el país. Para el calendario budista era un año especial, era el 2525, año de la suerte, lo que hacía doblemente propicia la situación. Como era de esperar la capacidad hotelera de la ciudad rápidamente se vió sobrepasada, y algunos entusiastas que no tenían el dinero para costear los alojamientos aún disponibles a un inflado precio, se dirigieron a Khao San Road (quizás en parte porque esta ubicado muy cerca de las principales festividades que se llevaban a cabo en el palacio real). Solo con ingenio y un poco de carisma lograron arrendar un par de piezas a los habitantes de KSR, quienes nunca pudieron imaginar las consecuencias que esto traería en su vida.

La primera decada.

Comenzó a correr la voz y en un par de años una incipiente infraestructura ya estaba comenzando a crecer. Hostales que no eran más que una pieza donde con suerte cabía una cama, bares, cabinas telefónicas con la posibilidad de llamar al extranjero, y restaurantes que intentaban emular la comida occidental fueron los primeros negocios en florecer. Durante estos años quienes llegaban eran en su mayoría europeos, australianos y algún ocasional americano; aquí se acuñó el nombre de «banana pancake trail» (camino del panqueque de banana), haciendo ironía un poco al esfuerzo de los Tailandeses por emular la comida occidental, y en referencia a la «típica» ruta que comenzaba a establecerse ya alrededor del sudeste asiático, teniendo a KSR como el centro de todo. Nadie nunca dimensionó que esta pequeña calle sería la cuna de uno de los mayores emprendimientos accidentales de los que Asia tenga registro. En estos años Tailandia aún no era la maquina turística que es hoy, y los oportunistas de siempre vieron aquí una mina de oro: fuera cual fuera tu deseo era solo cosa de preguntarlo a alguno de los clásicos personajes turbios de la esquina que a toda hora pululaban por la calle ofreciendo de todo.

Khao San Rd. En marzo de 2003 (vía www.ronwalker.org)

Khao San Rd. En marzo de 2003 (vía www.ronwalker.org)

Los noventa.

La gente nunca dejó de llegar; cada año más personas llegaban a Tailandia, principalmente con la idea de visitar Koh Samui, el primer paraíso tropical del país y que ya a principios de los noventa había dejado de ser un secreto, dando paso al turismo masivo. Por su parte KSR seguía recibiendo a los entusiastas de bajo presupuesto que llegaban a Bangkok, pero las cosas ya estaban comenzando a tomar forma; el gobierno había comenzado a reforzar sus leyes y todos los personajes turbios paulatinamente tuvieron que volver a su clandestinidad. Ahora las cosas ya iban sobre ruedas, y el comercio en la calle era un reflejo de quienes por ahí caminaban: Mochilas, cassettes y uno que otro cd (recuerden que eran los noventa), libros y ropa ad-hoc; salones de tatuaje, discotheques y bares comenzaban a colmar las calles. Ya a mediados de los noventa KSR había dejado de ser un lugar precario y básico; ya se podía encontrar cualquier cosa que un viajero necesitara, y las agencias de viaje ya comenzaban a aparecer por todos lados.

En la actualidad.

Una noche en KSR a principios de 2013.

KSR a principios de 2013.

La gente nunca ha dejado de llegar, cada año en mayor número. A pesar de este hecho aún es posible encontrar pequeños sobrevivientes al tiempo, como los carritos de comida callejera, sin embargo el lugar se ha desarrollado a tal punto que en los 300 metros de la calle se encuentran dos Mcdonalds, dos burger king, dos subway, un KFC y un Starbucks por nombrar algunos. Los alojamientos han subido su precio y no necesariamente su calidad, y pareciera que con cada lluvia salen más y más hostales de la tierra. Las agencias de viaje han hecho de este su centro de operaciones, arribando y partiendo decenas de buses todos los días con rumbo a todos los destinos del país y países vecinos, y subirse en uno de ellos es tan simple como ir a comprar un agua a un negocio; es cierto que es más caro, pero la mayoría prefiere eso en vez de tener que lidiar con la experiencia de ir a la estación de buses local (que sea bueno o malo es otra historia, pero no entraremos a calificar pues no somos nadie para hacerlo). La cantidad de gente es tal que en los últimos dos años la calle paralela llamada Rambuttri, la cual siempre ha sido una versión más tranquila y familiar de KSR ha comenzado a tomar todo lo que rebosa de su vecina, y se ha convertido en una versión alternativa. Hoy es posible encontrar aquí casi los mismos lujos , pero con alojamientos ligeramente más baratos que en KSR, aún así tiene sus días contados, pues la cantidad de gente que viene a este lugar es impresionante y de seguro seguirá aumentado.

Muchos de los viajeros con los que he conversado me han comentado que estando en Bangkok no han salido de esta calle, pues todo lo que necesitas no esta a más de cinco minutos de distancia caminando, y lo quieras o no la atmósfera del lugar te atrapa, y si no tienes mayor interés es muy fácil estancarse por mucho tiempo en KSR.

Una de las cosas que más nos agrada de este lugar es la cantidad de razas, idiomas, acentos, colores y personajes que es posible ver con tan solo detenerse y contemplar a tu alrededor. Hace años que los europeos y australianos han dejado de ser la totalidad; hoy en dia gente de todo el mundo confluye en este lugar (incluso bastantes sudacas que han escuchado de este lugar en el último tiempo). Creemos que la única manera de ver tanta gente diferente es tener que lidiar con una escala de muchísimas horas en un aeropuerto de nivel mundial, y aún así no sería posible igualar lo que en este pequeño lugar ocurre.

KSRCon la modernidad tomándose KSR no es de extrañar que muchos románticos de antaño se angustien al volver a este lugar después de más de una década, sin embargo hay algo que nunca cambiará, y eso es la energía que aquí existe; todos los días muchos viajeros comienzan y terminan su viaje en este lugar, y además es difícil encontrar a alguien que no esté contagiado de esa mística que rodea un viaje ya sea corto o largo, ya sean simples vacaciones o algo más, todos comparten el deseo de marcar un hito en sus vidas, de llevarse un buen recuerdo y de que en los años por venir puedan relatar a sus amigos y familia lo maravilloso de aquella aventura que emprendieron alguna vez por un lugar exótico. Quizás ya no sea lo que fue antes, quizás tenga sus días contados, pero Khao San Road sera siempre un lugar cargado de energías positivas: la verdadera calle de las ilusiones.

2 comments

  1. Eduardo dice:

    Ohhh Khao San, Khao San… como olvidar salir de esa disco rara y encontrarse con una tormenta eléctrica desatada sobre la calle, con lluvias torrenciales y viento, pero el calor firme en su puesto, inamovible.
    Parlantes gigantes bajo toldos de nylon y la locura desatada bajo la lluvia. Hasta reggetones sonaban, y claro como representante latino había que hacer algo al respecto, jajaja.

    Excelente artículo, no estaba al tanto de la historia de este clásico lugar.

    saludos!

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