La locura en Delhi.

Chadni Chowk.

Durante las 2 primeras semanas en la India, muchos viajeros nos habían comentado la locura de Delhi, pero nunca imaginamos cual era la magnitud de esa locura. Desde que pisamos la ciudad hasta encontrar un lugar donde alojar, fue un caos.

Nuestro lugar de estadía seria el sector de Paharganj (cuya traducción literal es «bazar principal»), con mucha frecuencia de turistas, dado que esta ubicado en las afueras de la estación central de trenes, siendo un sector casi obligado para el viajero de presupuesto modesto, pues cuenta con diferentes hoteles económicos donde incluso se puede regatear estadía, agencias de viajes, tiendas de ropa (hippie) y uno que otro lugar para comer.

Pequeños callejones en el viejo Delhi.

Paharganj resultó ser una caricatura de todo con lo que te vas a encontrar en la India: edificios deteriorados, como lo que habría quedado después de una guerra, caminar tranquilamente es imposible porque siempre estas al borde de ser atropellado, por tanto debes siempre esquivar motos, autos, Tuk-Tuks, vacas, basura y gente. También te encuentras con muchos niños pidiendo en la calle algo para comer, y obviamente no falta el famoso <;a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Sadhu">;sadhu<;/a>; impostor, quien supuestamente se ha despojado de sus pertenencias y vive una vida ascética, todo con el fin de no volver a reencarnar, pero que en este caso no es mas que un oportunista; punjabs, musulmanes, Hindús, y todo esto rodeado por polvo y un ruido ensordecer de bocinazos, motores y frases como: hello my friend, come to my shop, where are you from?, you look like muslim!, oh beautiful black beard! …lo que te recuerda finalmente que ESTAS EN LA INDIA!!!

Fuerte Rojo.

Al siguiente día, y ya un poco dispuestos a enfrentar lo que se vendria nuevamente, decidimos ir al viejo Delhi y sus alrededores. Nuestro primer destino, el Fuerte Rojo o Red Fort, construido en el siglo XVII, sus paredes logran extenderse aproximadamente 2 km y alcanza una altura de 18 metros. La arquitectura es de la dinastía mogol, con muchos detalles de corte árabe. Si bien aun quedan algunas construcciones muy bien mantenidas, otras no pueden ser dignas de apreciación pues los británicos destruyeron muchas de ellas para construir edificios u oficinas. A unos 500 mts desde la entrada principal de este fuerte, puedes encontrarte con la mezquita Jama Masjid que recibe a mucha gente para orar (tiene una capacidad de 15000 personas), compartir con los amigos, o bien para los turistas como nosotros, nos permite tener una vista de lo que es el viejo Delhi. Aquí es posible pagar algo así como 120 rupias para subir a uno de los minarets de la mezquita (aquellas torres desde donde alguna vez llamaban a gritos a los fieles a orar), y desde donde dicen que es posible obtener una grandiosa vista de toda la ciudad.

Jama Masjid.


Nuestro siguiente destino era el Nuevo Delhi, ciudad construida de manera planificada por los británicos, a diferencia de lo que es la parte vieja de la ciudad. Llegamos a través del metro, el cual cuenta con un vagón exclusivo para mujeres, y que por lo mismo estaba menos atochado y con menos olores (y donde no es menor decir que Fernando se sintió molesto cuando un señor le llamo la atención solo por intentar salir por ese vagón). Al llegar al nuevo Delhi, te cuestionas por un segundo si realmente estas o no en la India, pues las calles están considerablemente mas limpias, y existen semáforos que se respetan, pero luego te das cuenta que aun estas en la India, cuando vez monos en las calles compartiendo con un cerdo, o en otra esquinas ves una vaca que murió pariendo, y todo esto ocurre en el sector más moderno de la ciudad. Desde aquí y tan solo a 5 cuadras es posible llegar al India Gate, emblema de la ciudad y mellizo no reconocido del Gateway india de Mumbai.

India Gate.

Al siguiente día y ya con poco tiempo a nuestro favor, decidimos visitar el templo Bahai; una pequeña religión con un gran mensaje de paz, que se ve reflejado en que todas las religiones son bienvenidas a rezar en el lugar(próximamente tendremos uno en Santiago de Chile). A diferencia de los muchos templos que se pueden encontrar alrrededor de la India, este se caracteriza por ser un edificio con la forma de una flor de loto donde sus 27 pétalos son hechos de mármol. Lo interesante de esta filosofía, y sobre todo en tiempos como los de hoy, es que está basado en la unidad de la humanidad, de las religiones y una búsqueda de la paz mundial a través de una legislación común.

Templo Bahai.

Luego de esa experiencia bastante enriquecedora nos dirigimos a la tumba de Humayun, el segundo emperador del imperio mogol. Su tumba se encuentra dentro de un edificio de arquitectura mogol, y donde a su alrededor puedes encontrar otras tumbas de sus familiares, incluso de su peluquero. Se podría decir que este mausoleo es el hermano no reconocido del Taj Mahal, pues tienen muchas similitudes, desde su gran cúpula en el centro hasta los jardines que lo rodean, nuevamente es un espectáculo para tus ojos.

Ya de tiempo un poco cortos, debimos partir en búsqueda de nuestras mochilas, para dirigirnos a nuestro siguiente destino: Bikaner.
Mis impresiones de Delhi fueron bastante claras: la ciudad te ofrece un sin número de actividades por hacer, templos, jardines y museos que visitar, que por nuestro corto tiempo no pudimos aprovechar, y cuando ya lo has visto todo, puedes tan solo caminar y ver como tus 5 sentidos son explotados al mismo tiempo…si debes elegir tan solo una ciudad grande que visitar en India, esta es la opción.

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