Phnom Penh está de luto…

20130402-190357.jpgPolvo. Hay mucho polvo. La capital de Cambodia era bastante similar a Banlung, con la única diferencia que había más movimiento y más personas, pero en general las construcciones y las calles al estilo de la antigua Indochina francesa le dan a Phnom Penh el aspecto de ser un enorme pueblo, pero que aún no ha podido pasar a ser una ciudad en los términos que uno se imaginaría. A pesar de su tamaño, la mayoría de los lugares de interés se encuentran en los bulevares que recorren la rivera del Mekong, y los alojamientos se encuentran a un par de cuadras a la redonda. Evadiendo a los comisionistas que te acosaban para llevarte a sus hoteles, llegamos a la calle 19 con la 172 (todas las calles de la ciudad siguen esta regla lo que lo hace bastante práctico), convirtiendo una pequeña y húmeda habitación que solo tenia un pequeño ventilador en nuestro hogar por los próximos días.

Rivera de Phnom Penh.

Rivera de Phnom Penh.

A decir verdad, Phnom Penh no goza de muchos atractivos, para la mayoría es más bien una ciudad de paso entre quienes van o vienen desde los templos de Angkor, sin embargo lo poco que tiene es lo suficientemente interesante para mantenerte entretenido al menos un par de días. Parece que la racha de mala suerte aún nos rondaba, pues nuestra llegada coincidió con el luto nacional por la muerte del antiguo rey Sihanouk, lo que se tradujo entre otras cosas que el palacio real, el más hermoso lugar de la ciudad, estuviera solo abierto para los camboyanos que iban a dar sus respetos a este querido personaje. De todas maneras resultó asombroso ver la devoción que la gente tenía por este verdadero «emblema» de la historia camboyana durante el siglo XX; largas filas de personas esperaban su turno para poder entrar a rendir su homenaje, y en los alrededores del palacio vendedores deambulaban con chapitas, cintas y posters al más puro estilo de cuando murió Felipe Camiroaga. Durante la noche, el palacio y los techos de algunos templos circundantes se iluminan, brindando un hermoso espectaculo para quienes pasan por ahí a esa hora.

Para quienes andan en la urgencia de comprar regalos, imitaciones y souvenirs, el mercado central de Phnom Pehn tiene todo lo que puedas necesitar. A unos 15 minutos a pie en dirección opuesta al río ofrece todo tipo de cosas, con la constante de que vas a tener que negociar absolutamente todo, a menos que no te moleste pagar el doble.

Al fondo, el mercado de la ciudad.

Al fondo, el mercado de la ciudad.

Durante los turbulentos cuatro años en que el Khmer Rouge (partido comunista revolucionario) tomó el poder en Cambodia, un antiguo colegio llamado tuolsleng se convirtió en la prisión S-21, a este lugar llegaban todos aquellos que podían significar una amenaza para «el partido», la revolución o el régimen. Muchos confesaban bajo tortura que eran espías de la CIA o del KGB, que conspiraban contra el país y cosas por el estilo. Los torturadores se aseguraban de que la confesión involucrara a todo el circulo cercano de la persona. Así, familias enteras fueron ejecutadas para no dar pié a ningún tipo de represalia en el futuro. Cuando la prisión dejó de dar abasto para las ejecuciones, se construyó una pequeña base llamada choeung ek, mas conocida como los campos de matanza. Con la excusa de trasladarlos a otro lugar los prisioneros subían en camiones y eran llevados hasta este recinto cerrado. Una vez ahí solo era cuestión de tiempo; con los ojos vendados se les arrodillaba frente a una fosa común y eran ejecutados con palos, machetes y herramientas de trabajo, ya que las balas eran muy caras. Algunos seguían vivos al ser lanzados a la fosa, y eran simplemente rociados con cal. Los bebes eran sostenidos desde sus piernas y azotados contra un enorme árbol que hoy se encuentra cubierto de amuletos y regalos. Nadie sospechaba nada, pues todo ocurría al ritmo de canciones revolucionarias que sonaban a todo volumen. Visitar estos lugares es estremecedor, los alambres de púas y las celdas de la prisión aún dan un crudo testimonio de su historia. Más aún, como no todas las fosas comunes han sido excavadas en los campos de matanza, con cada lluvia afloran a la superficie huesos, dientes y ropa de quienes encontraron su muerte en este lugar, un altar que contiene más de cinco mil cráneos de las víctimas es un recordatorio de que aquí se asesinó a alrededor de 300 mil personas.
Las reglas que debían seguir los prisioneros de la prisión revelan un escalofriante pasaje de la vida en este lugar.

Las reglas que debían seguir los prisioneros de la prisión revelan un escalofriante pasaje de la vida en este lugar.

De la vida nocturna en Phnom Penh la verdad es que no hay mucho que decir. Durante la noche existen algunos bares donde darse una vuelta, pero hay que tener cuidado, pues a lo largo de la rivera y por las oscuras calles que dan a ella aparecen muchos personajes turbios vendiendo drogas o «Bum Bum» (prostitutas), siendo los hombres que caminan solos los más acosados. Volviendo a los bares, aventurarse a buscar uno es una lotería, pues la mayoría son en realidad puticlubs encubiertos, por lo que la mejor opción es ir a los lugares más conocidos en el circuito de viajeros. Una cosa que nos ha dejado un poco shockeados ha sido la cantidad de turismo sexual que hay aquí. Abundan los «caballeros maduros» acompañados de mujeres jóvenes, además por todos lados hay carteles en contra de la pedofilia, y aún así no es raro ver de noche a ancianos torcidos paseando de la mano con niñas que con suerte deben tener 16, una imagen difícil de digerir para cualquiera y que es la principal preocupación del gobierno de un país donde la media de edad es 23 años.

Altar en los campos de matanza.

Altar en los campos de matanza.

Una de las propuestas más bizarras que me han hecho en la vida fue justamente aquí. Con todo el excedente de armamento militar que hay, se han montado galerías de tiro donde puedes tener el privilegio de disparar una AK47, M16, o una M60 por nombrar las más populares. Pero no queda solo ahí, también te dan una gallina para que descargues tu ira de Rambo con el pobre animal. «¿y hay algo mas?.- le pregunté al taxista que me ofrecía la visita. Pues bien, créanlo o no, es posible dispararle a una vaca con una bazuca, una macabra posibilidad que preferí dejar pasar, pero que a más de algún gringo con plata le debe haber entusiasmado.

Palacio iluminado durante la noche.

Palacio iluminado durante la noche.

Cerca de la pagoda de plata, frente al río, una serie de pizzerías se han convertido en todo un ritual de paso. Las «happy herbs» pizzas son…bueno, imagínenselo.

Datos útiles:

-Regatea todo sin ninguna vergüenza
.
-Bus Banlung – Phnom Penh: 8 USD.

-Alojamiento: 7 USD.

-Jarrón de cerveza: 2 USD.

– contratar un Tuk-Tuk por el día para ir a los campos de matanza y la prisión: 15 USD.

-Disparar un cartucho de balas a una gallina: 20 USD.

-Disparar un bazucazo a una vaca: 300 USD.

2 comments

  1. vicente dice:

    igual les falto un par de cosas, como el wat phnom, el lugar donde empezo la ciudad, pero me entretengo caleta leyendolos! un abrazo chicos!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *