Algunos se desesperan, otros sin poder creerlo buscan una y otra vez entre sus cosas, y también están esos optimistas que siempre ven el vaso medio lleno… “podria haber sido peor”. Pero lo cierto es que esa sensación que sube desde el estomago cuando nos damos cuenta que nos han robado algo de valor es sin duda una de las más desagradables de experimentar, más aun cuando se trata de tu mochila y esas pocas cosas que llevas contigo.
La mala suerte será siempre un factor (sobre todo en los buses o trenes), pero tomando algunas precauciones podremos cuidar mejor nuestras cosas y evitar pasar por ese amargo momento, aquí dejamos un par de recomendaciones:

Lo más importante de todo: No seas alumbrado.

 Un ladrón experimentado puede distinguir sin mayor dificultad una presa fácil. ¿Que queremos decir con esto? evita andar con el cartel de turista en la frente; mientras menos lujo ostentes, menos interés tendrán los amigos de lo ajeno en tus cosas, y por sobretodo evita los bolsos con alguna marca tipo Canon, Sony, Armani, etc, y todo aquello que por si solo llame al oportunista.

Evita mencionarle a la gente el lugar donde te quedas: no todos actúan de buena fe, sobre todo aquellos personajes turbios que se ven en todos los centros turísticos del mundo. Se reservado con tu lugar de hospedaje, de lo contrario podrías encontrar tu habitación pelada la próxima vez que llegues.

A la hora de viajar en bus, siéntate en el lado en que pusiste tu bolso. Muchos robos ocurren en esos momentos en que debes dejar tus cosas fuera de tu vista, al menos de esta manera podrás estar atento si alguien saca tu bolso en alguna parada.

Pon algo distintivo a tu mochila. Siempre te dicen esto a la hora de viajar en avión, pero la verdad es que puedes toparte con alguien con tu misma mochila en un tren o un bus, y si bien puede tratarse solo de una confusión, a la hora de darte cuenta puede ser muy tarde.

Si vas a dormir en un aeropuerto o una estación y el cansancio evita poder hacer algún turno con un compañero o si simplemente viajas solo, amarra un cordón a tus cosas y a tu muñeca o pierna, de esa forma si alguien lo tira podrás sentirlo, recuerda que la ocasión hace al ladrón, y a menos que se trate de un robo violento (cosa extraña en esta materia), el tipo preferirá buscar un blanco mas fácil.

Lleva contigo un par de candados. Muchas veces en hostales compartidos se deben dejar las cosas solas, y encadenar tu mochila a un camarote siempre es una buena solución, trata de hacerlo por el soporte de fierro q traen las mochilas.

Lleva cerraduras plásticas: De aquellas que son desechables y que a veces te dan al abordar los aviones. Puedes comprarla en el supermercado o ferreterías, son bastante baratas y son realmente una ayuda a la hora de sellar los cierres de tu mochila.

 Por último pero no menos importante, empaca bien tu mochila. Si se da la ocasión, ten por seguro que alguien intentará meter su mano para ver si encuentra algo, evita poner cosas de valor y mucho menos dinero por la parte de afuera de tu mochila o los bolsillos interiores de fácil acceso; trata de poner una toalla como cobertura o incluso tu ropa sucia, para así envolver las cosas de valor.