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La última parada en el mundo chino.
Me subí a un tren y llegué al futuro.
Treinta horas en tren…y al fin estábamos en Shanghai, nuestro ultimo destino en China. Los sentimientos al momento de llegar eran encontrados, pues se dicen muchas cosas acerca de distintas ciudades de este País, y finalmente al estar ahí y recorrerlas uno siente que son lindas e impresionantes, pero que falta ese algo mágico que convierte un lugar lindo en algo encantador, por lo que Shanghai podía no ser la excepción.
Alrededor de Sichuan.
Chengdu: tierra de ajíes y pandas.
Esta vez optamos por pagar un poco mas y viajar en «cama dura», un rectángulo de aproximadamente 1,85 mts de largo en el que te puedes ir acostado. Por suerte no fue tan incomodo como otras ocasiones, y 22 horas y 5 minutos después de haber dejado Lanzhou,ya estábamos en Chengdu; capital de la provincia de Sichuan, al Oeste de China.
Un forzado cambio de planes II: De lo bueno poco, y esta vez, bien poco.
Visitando los guerreros de terracota.
Nuestro tren salia a las 09:30 PM, desde la estacion oeste de Beijing. Habia algo de nerviosismo en el aire, pues solo sabiamos que una vez que bajaramos del metro, debiamos salir hacia un cierto lugar, donde tomariamos un bus misterioso que nos llevaria a la estacion. Y asi fue que salimos a la superficie, y vimos que habian como 5 buses distintos, todos agolpados de chinos con maletas que trataban de subir freneticamente, empujandose unos a otros (aun no entiendo esa fascinacion por entrar antes que el resto a cualquier lugar).
De la China comunista solo queda la censura.
Volvi con algo de ansias al mundo «Chino» (por llamarlo de forma generica), pues habia estado intentando aprender algo del idioma mientras anduve por Taiwan y queria seguir en eso. Mientras caminaba por los pasillos del aeropuerto hacia inmigracion trataba de hacerme una imagen de Beijing; imaginaba grandes edificios de corte sovietico, muchas bicicletas, autos rusos y chinos, los simbolos del partido comunista por todas partes, y edificios grises y deprimentes. No podia estar mas alejado de la realidad, pues me encontre con una ciudad con una infraestructura completamente desarrollada; avenidas gigantes; Porsches, BMW’s, Mercedes Benz y Range Rover por doquier, con suerte uno que otro Great Wall y Chery, pero eso seria; los simbolos comunistas y edificios sovieticos tan solo en ciertos lugares emblematicos, y lo gris y deprimente se ve opacado por los edificios modernos que se elevan a lo largo y ancho de esta ciudad.