Un oasis en el centro del país.

DSC_0452 copiaEnclavada en la mitad del país, Hoi an tiene un encanto y un carácter propio que fácilmente lo pone a la altura de Luang Prabang (Laos), Udaipur (India), o Jogyakarta (Indonesia) por nombrar algunos; en pocas palabras, se trata de un lugar muy particular incluso para el propio país, no por nada su casco viejo es considerado patrimonio de la humanidad por UNESCO. Llegar a la ciudad mediante el “open bus” ha generado todo un aparataje turístico; el bus te deja en un lugar que parece ser un sitio eriazo, y apenas te bajas comienza el acoso, pero más allá de quienes te ofrecen alojamiento, son los taxistas quienes lucran con la situación. Muchos se agitan debido a la falta de sueño y al desolado panorama que hace pensar que se está en un lugar poco amigable de la ciudad,y sin reflexionar mucho toman algún medio de movilización casi instantáneamente. El acoso dura hasta salir del recinto y debemos decir que es realmente de los más duros que hemos presenciado, incluso pudimos ver como a un europeo no lo dejaban ver su celular y le insistían que lo mejor era que pagara 4 USD, casi como un matonaje. Ya a una cuadra del lugar los tipos ceden, y es ahí cuando te das cuenta que estas en pleno casco antiguo! sin más nos dispusimos a comenzar con el ya algo tedioso ritual de buscar un hostal…

Puesto de comida, mercado.

Puesto de comida, mercado.

Como decíamos anteriormente, la ciudad tiene un aura muy particular. El tráfico vehicular es considerablemente menor que en otros lugares y localizado en un puñado de calles, lo cual hace que caminar o montar una bicicleta sea toda una delicia. Las antiguas construcciones pintadas todas de un color amarillo ocre, mezclan rasgos chinos, locales y europeos; un reflejo del pasado, ya que la ciudad, situada en la desembocadura del río Thu Bom fue el puerto más importante de la cultura Cham, y ya desde el siglo XVI que existía presencia de Chinos, Japoneses, Holandeses e Indios por nombrar algunos. Esta coexistencia de culturas no era armónica como en otros puertos, y un testimonio de ello es el puente japonés, hoy el símbolo de la ciudad, pero que antiguamente marcaba el límite con el asentamiento nipón, completamente ajeno al resto de la ciudad. Como ciudad turística, es de esperarse que se cobre por cruzar por este viejo puente, sin embargo creemos que no vale la pena pagar ya que presenciarlo por fuera es más que suficiente.

Puente japonés.

Puente japonés.

La distancia del pueblo con Hanoi y HCMC (una noche de viaje en bus hacia cualquiera de los dos destinos) la convierte en la tercera ciudad más visitada del país y punto central en la ruta por tierra, sin embargo muchos la pasan por alto y vuelan directamente de un punto al otro; craso error el de aquellos que lo hacen, pero que sin embargo en términos de ambiente es bastante favorable. La ciudad tiene una gran presencia de mochileros y turistas convencionales, pero a diferencia de lo que pasa en Khao San Road o en HCMC, el lugar no parece estar sobrepasado por las hordas de gente que va y viene, aún existe espacio para detenerse un momento sin sentirse abrumado por la muchedumbre, incluso por las noches las calles dan abasto para que los bares instalen mesas hacia la rivera sin que por ello se deba pistear entre la gente.
Por lo que Hoi an ha llegado a más oídos de viajeros es por sus sastrerías y zapaterías. En ellas es posible mandar a hacer ropa y calzado a la medida (incluso hacer imitaciones con marca incluida). Y cuando hablamos de ropa, nos referimos a cualquier prenda que se te pueda imaginar, desde poleras hasta chaquetas de vestir.

Esperando clientes..

Esperando clientes…

No es raro ver a más de un entusiasta paseando por la ciudad con terno y chalas, y debo decir que yo quería ser uno de aquellos. ¿Que me hizo desistir de aquella irreverente proeza? bueno, principalmente el precio; partiendo del hecho de que incluso para hacer una polera (precio medio 10 USD) hay que regatear, los precios hace rato que dejaron de ser una ganga, y la calidad de la ropa no es de las mejores. Hablando de ternos, para conseguir un buen producto final hay que pagar al menos 140 USD, sin embargo los más baratos partían desde los 60 USD, pero incluso este precio puesto en términos de alojamiento y comida da por lo menos para 6 días, así que lamentablemente hacer el ridículo un rato será un lujo que tendré que dejar para otra ocasión. Con respecto al resto de los souvenirs, son básicamente los mismos que ya habíamos visto en los demás lugares y que seguramente se seguirán repitiendo a lo largo de lo que resta del país, finalmente la decisión de cuando comprar los infaltables “recuerditos” para familiares y amigos pasa solamente por el momento en que te den las ganas de hacerlo, ya que como dijimos todo parece repetirse una y otra vez.

Playa en Hoi an.

Playa en Hoi an.

Aunque en el pueblo no hay una playa, solo basta pedalear unos 15 minutos a través de canales y campos de arroz para llegar a la parte costera de la ciudad,  donde varios resorts se erigen y se apoderan de una franja de playa que, ¿adivinen a quien están orientados? sí, a los rusos. Si bien nosotros nos quedamos todo el tiempo en el área, para aquellos que quieren hacer un paseo por el día, es posible arrendar una motocicleta y dirigirse a los templos de My Son, un antiguo complejo a la altura de ayutthaya o angkor wat, pero que sin embargo fue gravemente arruinado por los bombardeos americanos durante la guerra, ya que se creía que eran usados como escondite por las guerrillas. También cercano al pueblo se encuentran las llamadas “marble mountains” (Montañas de granito), 5 cerros al estilo de aquellos que se encuentran al sur de Tailandia, pero mucho más grandes; llenos de túneles, grabados y decoraciones que hacen muy entretenido subir hasta su cima.

Mercado de Hoi an.

Mercado de Hoi an.

Más a nivel local, otro de los emblemas de la ciudad es el Cao Lâu. Esta suerte de fideos con carne estilo vietnamita solo se sirve en este lugar, pues el agua con que se cocinan los noodles proviene únicamente de ciertos pozos ubicados en aldea de Ba Le, y es lo que en definitiva le da ese toque algo dulzón que tiene el plato. Para los chinos no es comida china, aunque algo tiene de aquello, para los vietnamitas tampoco es reconocido como algo 100% propio ya que entre otras cosas los fideos no son los típicos que se utilizan por acá, la receta en sí es un misterio, pues como el pueblo mismo es una mezcla heterogénea de varias tradiciones; Y como no, el mejor lugar para animarse a probar este plato es el mercado. Ubicado a orillas del río, tiene todo tipo de comida vietnamita a muy buenos precios, haciéndolo la opción preferida para comer a diario, como también un paseo entretenido entre los puestos que se ubican más allá de los comedores, donde venden todo tipo de cosas.

Cao Lâu.

Cao Lâu.

Los días pasan lentos en este lugar que parece haber sido dejado atrás por el tiempo, las noches son animadas y dentro de todo tranquilas, sin duda ha sido un lugar completamente recomendable. Algo que nos hemos dado cuenta conversando por ahí es que muchos mochileros comentan que en Vietnam la gente tiene una actitud hacia los extranjeros un tanto más dura y arisca que en el resto de los países, y algo de razón tienen, pero más allá de aquello lo que hemos notado es que no hay un gran interés de parte de la gente como en otros lugares, es como si la vida cotidiana fuera completamente ajena a quienes visitan el país. Aquí es raro que se te acerque algún curioso de manera ingenua,  las conversaciones por lo general no pasan de un simple regateo, y a diferencia de otros lugares los locales sí dejan ver su malestar cuando algún extranjero está pasando a llevar algo que para ellos es importante; creemos que es algo rescatable esa actitud “protectora” que tienen todos con su país y costumbres.
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Ya ha sido suficiente Hoi An por ahora, tomaremos un bus y seguiremos subiendo hacia el norte, nuestra siguiente parada será Hue; la ciudad más cercana a la antigua frontera con el norte, y un lugar importante en la historia de este país, pero lo dejaremos para la próxima.

Datos útiles:

-Alojamiento: 12 USD (A/C, TV, Refrigerador)

-Comida: desde 1 USD en el mercado.

-Arriendo Bicicleta: 1 USD diario.

-Polera hecha a la medida: desde 10 USD.

-Terno hecho a la medida: desde 60 USD.

-zapatos hechos a la medida: desde 40 USD.

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